La mayoría de las personas, cuando están pasando por un problema, preguntan para Dios: Porque Tu permites que eso acontezca conmigo, que fue que hice para merecer eso, yo no hago mal a nadie y etc.; A causa de eso, ella se entristece, se pone mal, se encierra, vive llorando, buscando la compasión de Dios.
Para usted que se encuentra en esta situación, fíjese lo que dice Dios: hijo de hombre, ponte sobre tus pies, y hablaré contigo. (Ezequiel, 2:1).
¿Amigo(a), le parece que seguir caído va a solucionar sus problemas?
¡
Claro que NO!!! Entonces levántese ahora mismo, seque esas lagrimas, póngase de pie, y Dios le dará la dirección para usted vencer a todos sus enemigos.
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